¿Por qué consumimos contenido violento?

Para dar respuesta al interés que despierta este tipo de contenidos en las personas la Neuropsicóloga Rocío Mayoral (El Confidencial, 2014) comenta que nos fascina lo prohibido, nos seduce lo grotesco, lo malo, lo reprobable. Sólo así podemos explicar la audiencia de tantas series o secciones de crónica negra, o el éxito de programas como Sálvame o Gran Hermano. También puede que sea por eso por lo que a veces nos atrapan imágenes en las que previamente se advirtió que podrían herir gravemente la sensibilidad.

Pero, ¿qué misteriosa fuerza hace que nos seduzca tanto lo malo, lo prohibido, el dolor o las miserias ajenas? ¿Es que tenemos “un lado oscuro” que disfruta con el mal de otros? No es así, podemos estar tranquilos. Pero todavía tenemos mucho que aprender del mundo de los instintos y las pasiones. No lo controlamos tan bien como quisiéramos. Y es por ahí por donde morbo y sensacionalismo en ocasiones se dan la mano para manejarnos a sus anchas.

Pero el morbo también se nutre de la enigmática atracción del ser humano por el miedo, lo dañino, lo desagradable, lo malvado. Freud habló de cómo en lo más profundo de nuestro ser existe una potente pulsión que une estrechamente al miedo con el placer.

Por otro lado también comenta que la ciencia también ha encontrado respuestas. El cerebro responde automáticamente a imágenes o noticias de impacto disparando grandes dosis de adrenalina. Los músculos se tensan, la respiración se acelera, aumenta el ritmo cardiaco, se dispara la alerta. Hasta que el córtex cerebral logra toma el control y advierte: “Esto no supone peligro”. Entonces llega el alivio. Los músculos se relajan y la respiración se normaliza. Y con el alivio, se dispara gran cantidad de dopamina, neurotransmisor asociado al placer y bienestar. Ese estado de activación y posterior relajación, produce un efecto muy estimulante y casi adictivo. Muchos se enganchan a los efectos del susto y gustan de su repetición.

De acuerdo a lo expuesto por la Neuropsicóloga se puede identificar que aspectos como el morbo y el sensacionalismo nos genera adrenalina y activa, en algunos casos, neurotransmisores relacionados con el placer y la relajación como la dopamina. Si bien se podría interactuar con estímulos similares a los mencionados en este artículo es importante reconocer su naturaleza y profundidad para no caer en un mundo que puede llegar a causarnos cierto tipo de adicción o disonancias entre la ficción y la realidad. 

En definitiva aspectos como la estética representan no solo una simple apreciación artística de algún contenido o interpretación de un concepto filosófico sino que existen aspectos sociales, culturales y psicológicos que, como vimos en la primera parte, se relacionan con el sujeto en cuanto a la razón, el entendimiento, la imaginación y la sensibilidad.

Espero que te haya gustado este pequeño análisis de la estética y su relación con los procesos cognitivos que se llevan a cabo en la mente al interactuar con diversos estímulos sensoriales.

Un agradecimiento muy especial a la Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades por la invitación a participar como ponente en el evento de la UNAD. Esta ponencia me motivó a realizar esta investigación.

Si te ha llamado la atención este artículo te invito a que me compartas tu punto de vista en la cajita de comentarios. ¡Nos vemos pronto!